El autor reflexiona acerca del llamado curriculum oculto y subraya que es necesario descubrir el significado social de las experiencias escolares en las que participan alumnos y alumnas junto con el profesorado. Pone de manifiesto que la vida del colectivo estudiantil no se limita únicamente al cumplimiento de normas y tareas impuestas, ya que la juventud tiende a mostrar resistencia frente a los mensajes de la escuela como institución. Por todo esto es necesario poner en marcha prácticas educativas comprometidas con la defensa de valores como la solidaridad y que promuevan comportamientos democráticos.