El autor insiste en la necesidad del diálogo entre culturas como medio para que la humanidad del tercer milenio supere los desequilibrios, fuentes de tantos conflictos. Esta obra gira en torno al núcleo del pensamiento de Senghor: la negritud, la búsqueda de las condiciones necesarias para la realización de esta civilización universal, que se fundamentaría en la interrelación, el diálogo y la influencia recíproca de las culturas. Después de mostrar cómo, en todos los tiempos, las sociedades se han desarrollado por mestizaje cultural y biológico, el diálogo entre las culturas es el medio de superar tantos desequilibrios, fuente de conflictos.