A principios de los años 60 se hace evidente la precaria industrialización de América Latina y el Caribe y por esa razón surgen diversos procesos integradores para proseguir con el modelo sustitutivo de importaciones a escala subcontinental, cuyo fin era el desarrollo económico. Los resultados fueron relativamente importantes ya que aumentaron las relaciones comerciales entre los países, las cuales, hasta la fecha, habían sido prácticamente inexistentes. A finales de los años 70 la crisis económica mundial, que en América latina y el Caribe se manifestó de forma muy severa, paralizó todos los procesos de integración.