Cada vez es más evidente que las personas tienen que formarse globalmente, tanto para acceder a la sociedad a la que se pertenece con competencias y recursos, como para su equilibrio personal. Así, pues, es necesario disponer de valores y actitudes que les permitan incorporarse de forma positiva y crítica, así como actuar en ella con la intención de que sea lo más justa y democrática posible. La sociedad actual sufre problemáticas diversas que pueden llegar a ser fuente de conflictos. El centro escolar debe cubrir un programa curricular que incluya no sólo conocimientos técnicos, sino que también debe de ser el escenario en que se desarrollen habilidades sociales, y en el que se asientes valores y actitudes imprescindibles en el desarrollo global de la persona.