Las multinacionales son el símbolo por excelencia del sistema económico que hoy domina a nivel planetario: el neoliberalismo. Su poder mundial alcanza todas las dimensiones de la vida personal y colectiva: la política, la cultura, el trabajo, el ocio, los medios de comunicación. A nivel económico, dominan los procesos de producción, distribución y consumo, a base de monopolizar y concentrar ramas enteras de la industria, el comercio y las finanzas, suprimiendo el mercado y eliminando la competencia. A nivel político, el carácter transnacional representa una amenaza para la soberanía nacional. Su poder económico supera con creces el poder económico de los estados. Su dominio es tal que pueden hundir la economía de un determinado país. Su control sobre los precios, sobre los canales de comercialización y sobre la tecnología de producción condicionan las políticas nacionales subordinando a sus intereses particulares los intereses sociales de los pueblos. Mediante el control de los medios de comunicación, las transnacionales alteran el modo de vivir y de pensar de una sociedad, modificando sus valores, hábitos, costumbres y usos, a través del nuevo mito del consumo privado de bienes económicos. Un consumo depredador en el que lo necesario y lo superfluo se confunden.